jueves, 4 de junio de 2009

Una cría de mono se ríe igual que un niño si le hacen cosquillas, reír no es en absoluto exclusivo de los humanos

Una cría de mono se ríe igual que un niño si le hacen cosquillas, reír no es en absoluto exclusivo de los humanos

La capacidad de reír no es en absoluto exclusiva de los humanos, según demuestra un estudio comparativo entre niños y primates desarrollado por un grupo de científicos alemanes y americanos. Los expertos llegaron a la conclusión de que si se le hacen cosquillas a una cría de gorila o de chimpancé, el primate experimenta el mismo ataque de risa que cualquier niño, señala el informe hecho público hoy en Hannover. Desde tiempos ancestrales, la risa ha supuesto un misterio para la comunidad científica, que ha querido analizar los vínculos entre los humanos y los antropomorfos, una familia de primates en la que se incluyen, entre otros, el chimpancé, el gorila, y el orangután. "Lo que más nos ha llamado la atención es que las cosquillas produzcan exactamente la misma reacción y sonidos en gorilas y orangutanes", explicó la profesora Elke Zimmermann de la Escuela Superior de Medicina Veterinaria de Hannover (centro de Alemania). Los investigadores grabaron 800 documentos sonoros y de video de cuidadores en zoológicos y un centro de orangutanes en Malaisia haciendo cosquillas a 22 animales en las manos, patas, nuca y axilas. En el caso de los niños humanos, esto fue realizado por sus padres. "No fueron situaciones artificiales", subrayó Zimmermann. Las cosquillas también pertenecen al repertorio de comportamiento natural en los monos. Los biólogos analizaron las risas a partir de 11 rasgos y comprobaron con sorpresa que el "árbol genealógico" de la risa se corresponde exactamente a la relación de parentesco, probada con técnicas de genética molecular, del orangután, gorila, chimpancé, bonobó o chimpancé enano y el hombre. Cuanto mayor es el grado de parentesco con el Homo sapiens tanto más parecida es la risa. Mientras que los orangutanes y gorilas se ríen para dentro de manera casi inaudible, en los chimpancés y bonobós la risa es a veces melodiosa como la típica risa humana. Nuestra risa debe haberse desarrollado en fases previas, explicó la coautora del estudio Marina Davila Ross, quien investiga en la Universidad británica de Portsmouth. La bióloga demostró en su trabajo doctoral que también en el orangután una expresión emocional de la cara es contagiosa y que una sonrisa es recompensada con una sonrisa. Los biólogos emplearon once rasgos de identidad para clasificar las risotadas y el hallazgo más sorprendente es que el componente genético-molecular de la risa es exactamente el mismo en los orangutanes, los gorilas, los chimpancés, los bonobos (o chimpancés pigmeos) y los humanos, todos ellos emparentados. Otra de las conclusiones que extrajeron los expertos biólogos es que no hay muestras de que los primates puedan fingir la risa y manipularla a su antojo, tal y como hacen las personas cuando la emplean como si se tratara de una herramienta social. "Por lo que sabemos hasta la fecha, los monos antropomorfos se ríen de forma honesta y sincera, ya que supuestamente carecen de los requisitos neuronales que controlan la risa", insistió. Por lo tanto, puede afirmarse que los monos reflejan, cada vez que se ríen, un sentimiento incontrolado de alegría, un aspecto en común con los bebés, aunque muy diferente de los humanos adultos.

Una cría de mono se ríe igual que un niño si le hacen cosquillas, reír no es en absoluto exclusivo de los humanos