sábado, 28 de marzo de 2009

Si la Montaña no va a la UNE, La Universidad Nueva Esparta va a la Montaña de Turgua.

Si la Montaña no va a la UNE, La Universidad Nueva Esparta va a la Montaña de Turgua.

Quien no conoce el Pueblo de El Hatillo, fue fundado por Baltazar de León en 1781, y poco después se inaugura la iglesia de Santa Rosalía de Palermo, de estilo barroco, que constituye el símbolo cultural más importante de El Hatillo. De este pueblo procedía una parte de la gente que marchó al calvario de Caracas para protestar y comenzar la lucha por la independencia de Venezuela, pero y Turgua exactamente San José de Turgua por eso y contestando una pregunta de los estudiantes, este semestre vamos a realizar un viaje a este caserío a 25 kilómetros de la Plaza subiremos vía El Volcán para adentrarnos a la zona protectora de Caracas. Este Trabajo de Campo de sensibilización de los preparadores del UNEPAS, los mismos muchachos que van a realizar sus pasantías sociales dando clases a los alumnos de los últimos años de los municipios Baruta y El Hatillo, van a conocer la zona rural de Turgua e invitar a todos los alumnos del “Liceo Creación Turgua” a que participen, del curso propedéutico que dicta la UNE como parte de su programa de Responsabilidad Social. Que mejor que los alumnos de la Universidad conozcan de primera mano donde quedan nuestras comunidades rurales, como lo son Gavilán, Sisipa, La Mata, El Lano, Puerta Negra, Turgua y El Caracol. Desde allá y con la carretera sinuosa y llena de huecos por decir lo menos los estudiantes de la zona rural realizan un enorme esfuerzo para ir a la UNE cada viernes y que mejor motivación que ir a invitarlos personalmente, a que asistan a nuestras instalaciones en Los Naranjos. Desde el cruce hacia Gavilán hasta La Cachapera solo hay un suspiro, para encontrar a Moisés Daniel desgranando el oro en cada mazorca de maíz dulce para que lo muelan y lo prepare la Sra Migdeli sobre un budare curado y que le otorga un sabor inigualable, con un buen queso blanco para que sea degustado por los más exigentes conocedores, este plato tan típico como el café negro recién colado nos anima a seguir ruta. Luego de recorrer los 25 kilómetros de curvas y voladeros de unos 1200 metros de altura y pasando los caseríos rodeados de exhuberante vegetación y arboles entrelazados con la niebla que acaricia la montaña, llegamos al Liceo… de una vez saludamos a la Sra. Judith quien se compromete a conversar con el director del Liceo Creación Turgua para que se de este encuentro de jóvenes el viernes 17 de abril, desandamos nuestros pasos otra vez rumbo a Caracas y no podemos dejar de contemplar a la lejanía el aeropuerto Caracas, El Viaducto del Metro que llega a Charallave y las majestuosas montañas azules por la lejanía pero cercana en nuestros corazones de amantes de la naturaleza. Toda la carretera está salpicada de flores amarillas de Árnica, y mas allá de Cayenas rojas y rosadas que bordean el camino, casas de bahareque y portales con flores y riquí riquí. Un gallo de plumas coloridas rompe el silencio con su canto. En una curva, una de las cientos que guían nuestro destino y adosadas a la pared en el corte de lo que una vez fue la pica por donde venían las caravanas de recuas, cargadas desde los valles del Tuy con víveres e ilusiones a El Pueblo de El Hatillo, se encuentra un hermoso ejemplar de helecho verde, verde esmeralda, vecino de unos topochos de montaña que se levantan orgullosos a un lado de la vía. En el pueblo de La Mata no podemos pasar sin saludar a Daniel Fonseca Arquitecto, que se especializo en sueños y en dar lo mejor de si mismo al campo publicitario con comerciales y piezas que dan envidia a los mas entendidos. Nunca dejo de ser arquitecto, ahora de sueños y que lleva el testigo y la responsabilidad de honrar a su padre el reconocido caricaturista Fonseca que nos deleita con su ingenio en la cadena Capriles. Hablar de caballos de perros de raza como los Fila brasileros o como el Golden retriever que lo acompaña en el merodear diario a las caballerizas es sentarse durante horas a conversar en la quietud y el tiempo detenido de los maravillosos paisajes de este cielo en la tierra. Al despedirnos hacia lugares más mundanos, queda la promesa de realizar un recorrido por los vericuetos y laderas de la Fila de Turgua a lomos de un brioso potro cuarto de milla escuchar el galope por los bosques seminublados de esta zona bendecida, por la mano de Dios. Y para cerrar el viaje esta “El Rancho Tres Equis” en el caserío de Gavilán, en mesas rusticas y con una vista al valle de Turgua preparan frituras de casi cualquier cosa, donde venden Cochino frito y conejo al Salmorejo, nada económico por cierto 180 bolívares fuertes la ración, de conejito. El cochino frito es una opción que muchos le temen y otros adoran, es parte de nuestras tradiciones gastronómicas coloniales, los venezolanos nos encanta comer cochino frito con arepa, con cachapa ó con hallaquitas y allí lo venden por raciones que van de medio kilo hasta lo que usted pueda comer, acuérdese que todavía hay que manejar a Caracas.

Si la Montaña no va a la UNE, La Universidad Nueva Esparta va a la Montaña de Turgua.