sábado, 2 de mayo de 2009

¿Hasta qué punto las mascarillas protegen del contagio? las farmacias están desbordadas de pedidos o están esperando la reposición del producto.

¿Hasta qué punto las mascarillas protegen del contagio? las farmacias están desbordadas de pedidos o están esperando la reposición del producto.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó hoy una serie de medidas con el objetivo de prevenir y evitar la infección con el virus A/H1N1, principalmente en regiones pobres donde la infraestructura sanitaria es deficiente. El organismo recomendó que el distanciamiento social, el lavado constante de las manos, la respiración correcta y la ventilación de las casas son medidas que se deben tomar para reducir las probabilidades de diseminación de la enfermedad. En caso de que la pandemia de influenza se propague, las intervenciones para aislar a los infectados y poner a las personas con las que hayan estado en contacto en cuarentena serían ineficaces, si hay un mal uso de los recursos limitados de salud, acota el organismo. Si bien, añade la OMS, debe permitirse el uso de las mascarillas, ello no tendría un impacto en la prevención de la enfermedad. Las mascarillas se han convertido en un complemento más de la vestimenta de los ciudadanos mexicanos desde que el pasado viernes se desatara el brote de gripe A H1N1. En muchas de las farmacias de nuestro país están casi agotadas ¿previsión o actitud alarmista?. Y ¿hasta qué punto nos protegen?. En el mercado existen dos tipos de mascarillas: las quirúrgicas, que son las más comunes y están hechas de tela; y las de protección respiratoria de tipo FFP2 y FFP3, que son altamente efectivas, por lo que se utilizan en laboratorios de microbiología de alto riesgo. La confusión sobre la utilización de estos distintos tipos de mascarillas se agrava cuando, en todos los medios de comunicación aparece continuamente personal sanitario utilizando mascarillas quirúrgicas en lugar de mascarillas de protección. El problema viene de lejos, y es que, en el ámbito sanitario existe una marcada tendencia a confundir los equipos destinados a evitar la contaminación del material estéril, de un producto, de una muestra o de un paciente, con los destinados a la protección del trabajador, usándose aquellos como protecciones personales frente al riesgo biológico, cuando en la mayoría de situaciones no sólo no son eficaces, sino que provocan la sensación de falsa protección frente al riesgo. El ejemplo quizás más típico en estos días sea este, la utilización de mascarillas quirúrgicas en lugar de mascarillas de protección. Y la pregunta que más tenemos que responder estas últimas horas es: ¿qué mascarillas debemos suministrar a los trabajadores para protegerlos frente a la posible exposición al virus de la gripe porcina? La respuesta: una mascarilla autofiltrante tipo FFP2D sin válvula de exhalación para evitar la contaminación cruzada. Para los que quieran conocer una información más completa sobre la diferencia entre las mascarillas quirúrgicas y las de protección pueden continuar leyendo… Las mascarillas quirúrgicas y de protección son dos equipos totalmente distintos. A primera vista puede parecer que son capaces de hacer la misma función, pero en general no es el caso. En el ámbito hospitalario, el término mascarilla se asocia inmediatamente a las mascarillas quirúrgicas o de higiene, que tienen como finalidad prevenir la transmisión de agentes infecciosos por parte de la persona que la lleva. Están diseñadas de dentro a afuera para evitar la diseminación de microorganismos, normalmente presentes en la boca, nariz o garganta y evitar así la contaminación del paciente o de la herida. En otras situaciones el personal sanitario necesita una mascarilla de protección. En tal caso no se trata de proteger el medio ambiente, sino de proteger al usuario frente a la inhalación de contaminantes ambientales tales como riesgos biológicos, antibióticos, citostáticos, etc. Las mascarillas de protección están diseñadas para trabajar de fuera a dentro. Funcionamiento Las mascarillas quirúrgicas y las mascarillas de protección funcionan de forma diferente debido a que la distribución del caudal y la velocidad del aire que pasa a través del filtro son diferentes en la inhalación y en la exhalación. También varían los tamaños de las partículas. Mascarillas quirúrgicas Durante años ha quedado demostrada la eficacia de las mascarillas de higiene para evitar la propagación de infecciones. La razón de que cumplan su función es que, durante la exhalación, el aire de la nariz y la boca sale a una velocidad alta y se dirige frontalmente. Las partículas son relativamente gruesas, entre 3 y 8 micras (1 micra = 0,001 mm), e impactan directamente en la parte frontal de la mascarilla. Incluso si se produce salida de aire por los bordes, las bacterias u otras partículas no escaparán puesto que debido a su grosor no son capaces de seguir las líneas de flujo del aire que sale por los bordes. En una mascarilla quirúrgica, el ajuste es importante pero, aunque no sea un ajuste hermético como en las mascarillas de protección, la eficacia no se ve comprometida. Mascarillas de protección Al inhalar, la velocidad del aire es más baja ya que se distribuye uniformemente a través de toda la superficie de la máscara. Además las posibles fugas por los bordes de la mascarilla tendrán un efecto importante puesto que el aire podrá pasar al interior. Este efecto es más importante cuanto más pequeñas sean las partículas, y éstas pueden ser muy pequeñas con tamaños inferiores a 1 micra. Por tanto, en una mascarilla de protección el ajuste facial es un factor crítico y con una influencia notable en la eficacia de la protección. Es importante destacar que el filtro de la mascarilla no funciona simplemente como un tamiz que deja pasar las partículas más finas que el tamaño del poro. La filtración se produce gracias a la combinación de varios mecanismos tales como difusión, intercepción, inercia y carga electrostática. Existe un determinado tamaño de partícula que es el más penetrante (0,6 micras) y precisamente ese tamaño es el que se utiliza en los ensayos de las mascarillas de protección. Partículas más finas o más gruesas son filtradas con una eficacia incluso mayor. Existen datos experimentales que indican que si una mascarilla quirúrgica se utiliza con el propósito de proteger al usuario de la inhalación de partículas (es decir, se utiliza como mascarilla de protección) el aire en el interior de la mascarilla es entre 1,5 y 3 veces más limpio que el aire exterior. Las mediciones realizadas de la misma manera pero con una mascarilla de protección demuestran que el aire interior es entre 4 y 50 veces más limpio que el aire exterior. Por lo tanto es evidente que cuando se trata de proteger al usuario, la única alternativa efectiva es la mascarilla de protección. Estas mascarillas tendrán un marcado CE junto con un número que representa el Organismo Notificado, todo ello nos asegura que este equipo reúne los requisitos de las Directivas comunitarias sobre comercialización de Equipos de Protección Individual (EPIS). Las mascarillas quirúrgicas no son EPIS.

¿Hasta qué punto las mascarillas protegen del contagio? las farmacias están desbordadas de pedidos o están esperando la reposición del producto.